jueves, 17 de julio de 2014

DE LA ECONOMÍA COMO DEL FÚTBOL.

El mercado debería ser como un buen partido de fútbol, donde nadie obtenga goles regalados y los dos equipos sepan jugar, tengan salud, indumentaria y cuenten con un estratega que saque lo mejor de sus jugadores.

Se puede disfrutar de la libre competencia cuando todos tienen las mismas oportunidades. Pero de un pueblo sin salud, sin conocimiento, sin herramientas y sin líderes que puede esperarse? Estamos de acuerdo que la economía a base de subsidios y regalos no funciona, pero también estamos de acuerdo que la economía a punta de desigualdades es un fiasco. 

Permitiéndome seguir en esta metáfora, el modelo económico de izquierda propondría un excelente plan de concentración y entrenamiento de equipos, siendo un objetivo loable de este modelo buscar la igualdad de derechos entre los individuos, todo terminaría en burócratas desmotivados que nunca tendrían un partido que jugar, la tabla de posiciones mantendría igualada, y si se logra realizar un encuentro debería ser amistoso, ¡y cuidado! si uno de los equipos empieza a ganar se les castigaría con unas cuantas rojas y al final se decretaría un empate en alguna oficina gubernamental.

En cambio el modelo económico de derecha no lo haría mejor. Primero citaría a los mejores equipo del mundo con viáticos todo incluido, la oportunidad de ganarse la taquilla y hasta el chance de comprar el estadio. Pero dicho modelo no lo hace con mala intención, la idea es que los equipos de los pueblos locales aprendan y después de recibir sendas goleadas logren venderle uno que otro jugador talentoso a los extranjeros para financiar guayos, uniformes y cursos que obviamente venden los dueños de los mejores equipos del mundo.

Y si, en medio de estos dos mundos absurdos nos movemos hoy, sin pensar que una combinación podría darnos lo que buscamos, o inclusive atrevernos a inventar un tercer modelo que mejoré el fútbol, que mejoré la economía, la sociedad, al humano, a usted o a mi.

PS. Si era gol de Yepes.